viernes, 16 de mayo de 2014

Mi voto es de tristeza


Cuando en España se cierra una puerta hoy, muchos saltan por las ventanas. Demasiados. La prensa nada dice. En estos días de campaña política se pretende perseguir en twitter la mala educación de la gente, obviando que una exceso de regulación es propio de sistemas corruptos.  A nadie le sorprende hoy nada. La persecución en redes sociales curiosamente se hace de una idea hacia otra, pues no se persiguen todos los comportamientos.  La ultraderecha campa a sus anchas mientras socarronamente se jacta de que se imputa a los de ultraizquierda, twitter está ahí, yo lo he leído así. Algunos no deben saber que son la misma mierda. Por lo visto, por otro lado, es más fácil que te condenen por llamar corrupto a alguien que por serlo. El asesinato de León no ha sido detonante de vergüenza pública, de la baja estofa moral que se ha extendido en los últimos años, del todo-valismo que tantas veces he denunciado sino que es acicate para una represión de la libertad de expresión, de su uso o abuso, (la mala educación o ruindad moral han de permitirse pues ya hay resortes contra ellas ), y que en modo alguno tiene nada que ver con las rencillas o envidias sin limite ni mesura dentro de un partido. Obsérvese que las asesinas eran gente bien que lo ha tenido todo, y que se pretende reprimir a la gente normal que  ha sido desposeída de todo. Se habla de mayorías absolutas y no se dice que se han obtenido con un 30% de los votos. No hay políticas a la altura de la necesidad de los ciudadanos. Cada vez somos un Estado menos aconfesional y desde luego menos libre. Casi hemos asfixiado ya a nuestra Ciencia. La mentira campa a sus anchas y se institucionaliza. Algunos han comenzado a quemarse a lo bonzo para nada. Nadie se opone y actúa. España es ese país estúpido y oscuro donde para castigar a un niño, lo mandamos al rincón de pensar.