jueves, 4 de julio de 2013

¿Superman?



Superman es un imbécil, un señor que solo se preocupa de la propiedad privada en su forma más miserable, defiende a la humanidad de cuatro cacos adictos al crack que roban una mísera y exigua cartera, (de ciudadano exprimido medio), para seguir consumiendo.  Lo hace sin cobrar  y en lugar de la policía.  Superman es un idiota porque si tan poderoso es, no entiendo como no acaba de tres resoplidos con los incendios que nos asolan cada verano, o que en un vuelo, ocluya el agujero de ozono o erradique el hambre en el mundo declarándole la guerra y cogiendo de la oreja a tanto asqueroso corrupto, auténticos villanos de la realidad cotidiana. No lo entiendo. Si el pintamonas de Superman no acaba con las guerras, pudiendo, es un cooperador necesario y debe ser juzgado como todos aquellos que exterminan al hombre o aceptan que así sea con su silencio. Si no coadyuva contra las catástrofes naturales con su sobrenaturalidad no es digno de vivir en nuestro planeta y debe irse. Si es tan superhombre me decepciona saber que  no haya dejado ningún pensamiento superior o nos haya iluminado con su tecnología o inteligencia, que no haya desarrollado teoría alguna que nos colabore o mejore, o haya hecho siquiera un descubrimiento científico. Si es tan superhombre me decepciona que sólo sea el chico de los recados de su propia idea egotista y vaya de un lado a otro solícito y sin dar más de si mismo que desanudar cuatro conflictillos pobres, locales y que exigen tan poco de él, la verdad, creo que es muy poco superhombre y no es que esté precisamente pensando en Lois Lane en un picardías que ni el propio y soso Superman verá, aún con su súper e inútil visión. Superman es un tonto a las tres que se precia de lo que es no valiendo una porra. Es un pedante racista que se disfraza de hombre, con gafas, tartamudo y torpe, para pasar desapercibido, que cree que  ser hombre es solo eso, es un idiota, un cretino y debe desaparecer. Superman es un cobarde que nada sabe de Filosofía pura, ni de Arte, ni de Poesía, es un pagado de sí mismo que se pierde la posibilidad sorprendente de ser frágilmente un hombre.