viernes, 9 de noviembre de 2012

No somos


Somos cobayas. Conejillos de indias en una jaula gigante que se pierde en el horizonte. Somos la representación de lo que soportamos aún sin saber dónde están nuestros límites. Somos una bomba a punto de explotar imprevisiblemente, pues la mecha ya arde sinuosa e imparable. Somos el grito ahogado y la espalda apaleada. Somos un cuerpo que es arrastrado por el suelo para acallarlo. Somos los que estamos siendo desposeídos de lo que hemos heredado. La pasividad estúpida y aborregada de los que permiten que les hurten y roben. Somos los ingenuos que dejamos hacer, los que creemos si necesidad de demostración, a pesar de todo lo que en nuestra contra está siendo probado. Somos la ausencia del espíritu crítico. La cualidad de lo maleable y manipulado. Triste carne de cañón triste. Somos los que nos creemos algo estando en la lista de los ninguneados. Los que cumpliremos obedientes con la navidad habiendo tan poco que celebrar. Somos los que hemos desprestigiado a la palabra solidaridad y al propio ser humano. Somos los que decimos egoístamente “ a mi no me va a pasar”, los que no tendemos la mano, ni golpeamos en la mesa con el puño. Somos los que no queremos que nada cambie, pues nada hacemos. Somos aquello que estamos permitiendo. Todo lo que sin duda no hacemos al fin y al cabo. Somos aquellos que hemos devaluado a la verdad, los que hacemos que no importe que nos mientan. Somos los que creemos que no estamos tan mal pese a todo; los que piensan que no recogeremos lo que estamos sembrando inexplicablemente. Somos los que apedreamos el futuro de cristal y echamos sal en nuestros huertos, los que escupimos contra el viento y dejamos que desahucien a nuestro igual. Somos los que olvidamos que sin nosotros no hay nada más. Los que no asumimos que somos la pieza clave en este engranaje. Los que no sabemos que sin nosotros actuando adocenados, convertiríamos en un mal chiste a la prima de riesgo, que trasladaríamos el problema a quien nos tiene cogidos por el cuello y que tanto nos necesita para poder ser quien es. Somos los que permanecemos donde nos dicen sin haber razón alguna para ello. Somos los ignorantes que nunca gritamos rabiosos que juntos somos.