viernes, 27 de abril de 2012

Carta abierta


 Estimado Sr./a, me pongo en contacto con usted a través del presente a fin de trasladarle que no quiero seguir viviendo así, con la ventana constantemente abierta al frío, ni con los días de este gris plomizo tan poco favorecer al ánimo. No me parece prudente el abandono que se está dando a nuestros convecinos, ni tampoco la poca educación y cultura que le espera a nuestros hijos. No sé si entiende que el futuro es el resultado total de una suma de presentes, pues el futuro no existe, de hecho ni tan siquiera existe el presente, dicen algunos que al ser presente, en el mismo y preciso instante que sucede, en esa micra de fracción ya es pasado, aunque no quiero distraerle con estas diatribas que me son tan propias y tan ajenas para usted, tan acostumbrado a la materialidad dúctil de lo económicamente práctico. Precisamente por este detalle, por ser usted quien es, por vivir precisamente de sus arriendos, de sus cobros, del seguimiento de sus deudores y del préstamo desorbitado a sus iguales, a sus pares, a los que perdona incluso que le roben, bien debe saber usted, creo, que debe atender a sus inquilinos en sus necesidades más básicas, no digo yo ya comodidades, pues las más de las veces, quien no ha tenido no echa en falta,  pero al menos, ya que va a subir los arriendos quite cargas, responsabilidades, asuma usted algo. Quizás podría permitir más acción a sus inquilinos, a sus ciudadanos, permítales buscarse la vida con ciertos “subarriendos”, olvídese de su perenne fiscalización, levante la mano, de un respiro en estos días con tan poco oxígeno, deje vivir en definitiva, o se expone a  no tener inquilinos a los que seguir sangrando. ¿qué haría usted entonces? ¿cómo sustentaría sus privilegios, cómo pagaría los encuentros con sus amigos? ¿ cómo haría frente a las deudas que usted también tiene? No es sólo que la casa esté cada vez en peor estado, es que aún siendo incómoda va a comenzar a ser incluso fea, por los desconchones, por las reparaciones que usted va a dejar de hacer y encargar. No sé si sabe que por su culpa la luz y el agua son cada vez más caros, el gas no deja de subir, y la calidad de su casa de bajar, ¿ es acaso justo que cada vez se pague más por lo que cada vez es peor? En fin piénselo, aún estamos a tiempo, poco tengo yo que ver con todo esto salvo la creencia de que si nos va bien a todos, viviremos en un mundo mejor. He de dejarle, salud y belleza, H