sábado, 19 de marzo de 2011

“Solo”

 

Ha salido el sol y pese a todo no importa. Van cayendo las horas en un imparable recuento de muertos. Gadafi es sólo un nombre, un hombre, al modo en que lo es, -también incontroladamente-, la palabra terremoto, maremoto. ¿realmente importa quién ejecuta la muerte?. La sola muerte de una persona ya mata a la totalidad de la palabra hombre, humano. Podría gritar la duda; ¿qué tan necesaria es la resistencia, tanta vida opuesta pero que no enfrenta realmente el cambio, que no aspira, que no gana ni se diferencia del pasado, todo aquello que sempiternamente viene escribiendo inmemorialmente la humanidad y que se escribe con la palabra fracaso, muerte, antivida, desamor, dolor, herida? pero, ¿para qué?. Realmente estoy más que nunca perplejo, débil por esta vida y por este presente, desmotivado, descorazonado, desasistido cada vez más de argumentos, tristemente triste y tristemente humano, vacío, yermo, ya ni siquiera lo adjudico al hecho de que nuestra debilidad moral y ética lo haya contaminado todo hasta el punto de que, no sea ya el problema si nuestros distingos entre naciones y nacionalismos,  entre los pueblos, los colores, la fé, ¿la fé?, las diferencias, ni las negligencias me temo y más bien, la sucia negligencia que nos priva, por pura indolencia de ser humanos, el creernos tan estúpidamente dueños  incluso de los mares y los ríos, de la propia vida que realmente no controlamos ¿para qué voy a decir que no escarmentamos? Si me leéis, lo leéis, incluso puede que más de uno se muestre de acuerdo... ¿para qué? pues sin embargo, todo será para nada cayendo miserablemente en el olvido, ya que nada hoy es todo, pues hoy nada es la que se halla, y lo que se halla es simplemente el desprecio al otro, a la propia vida, a nuestra propia vida, indigna, por cierto, en mí, todo vida desesperada e incierta, y así, sólo quiero correr, huir, ¿qué mundo estamos destruyendo? ¿por qué no lo véis, no lo entiendo, de verdad que no lo entiendo? Ya sólo quiero huir, correr. Ya solo.