martes, 13 de octubre de 2009

Vanitas






            ¿Cuántos de nosotros nos marcharemos este verano para no volver nunca más? ¿Cuántos dejaremos huérfanos a nuestros padres, a nuestros hijos, a nuestros amigos, cuántos de nosotros dejaremos de ser quiénes somos, la sombra que ocupamos en el recorrido diario al trabajo, en la casa de los amigos, en la mesa de tus padres, dejar de ser en el cuerpo de una amada, cuántos de nosotros dejaremos de ir al encuentro, cuántos no acudiremos a una llamada, cuántos seremos incapaces de estar al otro lado del teléfono, de acariciar al descuido un cuello viendo la tele después de cenar, de dar el abrazo a un amigo, de mirar a los ojos a un hermano que te mira con tus mismos ojos? ¿Cuántos de nosotros engrosaremos una fría lista de papel, seremos mortaja o esquela, tallados números en una fría lápida de panteón, apenas un  recuerdo borroso en algún amor o una simple foto simple en un simple salón? ¿Cuántos dejaremos vacía una habitación, el lado de una cama, un desierto sillón, cuántos nunca más dejaremos tirada ropa a los pies de la cama, ni olvidado en la mesilla el reloj, el reloj, el reloj? ¿Quién sabrá tener valor para remover la lista de contactos de tu teléfono, quién, recoger tanta fuerza para formatear tu ordenador, borrar con un simple tecleo todo la información que, vivo, acumulaste? ¿Quién vaciará tu mesa, quién abrirá tus cajones y leerá tus textos escondidos, verá tus garabatos, borrará los dibujos pintados en los azulejos de la cocina, quién descolgará tus cuadros? ¿Quién recabará todos los proyectos abiertos sobre la mesa, quién revelará todos tus carretes, quién proyectará todas esas diapositivas, quién cobrará los últimos encargos, quién acabará tu trabajo si realizar? ¿Quién revelará los secretos que atesorabas? ¿Quién regalará tu ropa y repartirá tus recuerdos entre los que te quisieron? ¿Quién podrá evitar que hablen de ti, que hablen obligados a hablar, huellas de arena en una playa en plena pleamar? ¿Quién podrá decir, sin embargo, estoy aquí, he regresado, quién pondrá en claro todo lo que he preguntado, quién sabrá dejarse ir, llevar, quién sabrá volver indemne, pese a todo, quién sabrá simular, engañar a la parca sempiterna, regresar como si nunca se hubiera marchado? ¿Quién de vosotros me va a poder contestar?

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